LA PREGUNTA DE LOS $313,000, DESAFÍO, OPORTUNIDAD Y ESTRATEGIA
- Juan Carlos Erdozain Rivera, MBA
- 15 ago
- 7 Min. de lectura
"La noche del 18 de mayo de 1979 fue la fecha del gran estreno del programa de concurso "Las 13 Preguntas del 13", y tuve el honor y de ser el primero de los participantes y el primero en ganar.
Lo que aquí les contaré, no son solo anécdotas, son testimonios de cómo la pasión por el conocimiento, la audacia de elegir temas fuera de lo común y la capacidad de entender la esencia de la innovación, pueden, literalmente, cambiar el rumbo de una vida"

LAS 13 PREGUNTAS DEL 13

"Las Trece Preguntas del Trece" fue concebido como una "nueva emisión" que capitalizaba el exitoso formato de su predecesor, "El Gran Premio de los 64,000 pesos".
Una característica distintiva del programa era la formulación de preguntas "cada vez más difíciles" por parte de Pedro Ferriz Santa Cruz quien fungía como Maestro de Ceremonias.
Esta progresión en la dificultad de las preguntas generaba una tensión palpable y mantenía el interés del público, que seguía con expectación el desempeño de los participantes. La complejidad de las preguntas era tal que el propio Ferriz se veía en la necesidad de documentarse exhaustivamente para estar a la altura del desafío intelectual que proponía.

El programa se transmitía en vivo y era conocido por el notable "dramatismo" que se generaba entre los concursantes, quienes se enfrentaban a desafíos intelectuales significativos. Este dramatismo, combinado con la aspiración a la victoria y la posibilidad de obtener un "premio monumental", contribuyó a que el programa despertara un "gran interés en el país", consolidándose como uno de los primeros programas de "rating" en la televisión mexicana. Los participantes eran "hombres y mujeres expertos en diferentes temas" , lo que garantizaba la profundidad de las respuestas y la calidad del contenido cultural ofrecido.
MI HISTORIA ES LA SIGUIENTE

En 1973 participé y gané en "El Gran Premio de los $64,000", que equivalen a julio del 2025 a $1,500,000 pesos.
Seis años después, en 1979 participé en el estreno de "Las 13 Preguntas del 13", un concurso cultural que paralizaba a México, en donde el premio eran $313,000 pesos, que a julio del 2025 equivalen a $1,800,000 .
Ambos premios eran muy atractivos, pero el verdadero reto era intangible, es decir ponerse a prueba a uno mismo tanto en lo intelectual como en lo emocional.
No había pantallas de apoyo, ni "consultar a un amigo" por WhatsApp. Solo estabas tú, el legendario Pedro Ferriz Santa Cruz, y tu disco duro biológico funcionando a toda máquina frente a millones de personas.

Mi tema fue "Vida y obra de Pieter Brueghel el Viejo".
En ese entonces, era mi pasaporte a la gloria o al fracaso en un escenario imponente ante las cámaras de televisión que transmitían en vivo a nivel nacional.
CULTURA Y SUSPENSO EN EL PROGRAMA "LAS 13 PREGUNTAS DEL 13"

En 1973 a los 16 años, gané "El Gran Premio de los $64,000 pesos, los años pasaron y en 1979 con 22 años, tuve mi primera experiencia laboral en una importante farmacéutica, Cyanamid, la cual, no pagaba mal, pero no me era suficiente para cubrir mis gastos para concluir mis estudios de Ingeniería Química en la Universidad Iberoamericana.
Aquí viene la parte que aún hoy me asombra: si en Cyanamid hubiera querido ganar $313,000 pesos, habría necesitado trabajar dos años. En "El Gran Premio de los $313,000 pesos", los gané en menos de dos meses. "La Cultura si deja divídenos"
Fue así como el llamado a concursar volvió a presentarse. Esta vez, como ya lo mencioné, mi tema fue Peter Brueghel "El Viejo", el pintor flamenco del siglo XVI. Lo elegí porque, en mi opinión, era un visionario que se adelantó al surrealismo por siglos. La razón de mi elección, al igual que con Haydn (cuando concursé en los $64,000), residía en su capacidad de innovación. Brueghel, como un verdadero disruptor, no siguió las tendencias manieristas de su época, sino que creó un estilo completamente nuevo y adelantado a su tiempo.
👀 PARA VER EL VIDEOCLIP DE LOS $64,000 PESOS DAR CLIC EN LA IMAGEN DE ABAJO
Lo que aquí les contaré, no son solo anécdotas, son testimonios de cómo la pasión por el conocimiento, la audacia de elegir temas fuera de lo común y la capacidad de entender la esencia de la innovación, pueden, literalmente, cambiar el rumbo de una vida. Es como si en 1979 hubiese sido un "Edutuber" o Creador de Contenidos pero sin Internet, Google, Inteligencia Artificial o YouTube.
NOCHE INAUGURAL: CULTURA Y SUSPENSO
"Las 13 Preguntas del 13" Debuta a Teatro Lleno, basado en crónica de José Luis Jiménez, publicada el 20 de mayo de 1979

La noche del 18 de mayo de 1979 fue la fecha del gran estreno del programa de concurso "Las 13 Preguntas del 13", y tuve el honor y los nervios de ser el primero de los participantes y el primero en obtener los $313,000 pesos.
Las emisiones del programa destacaban por la gran diversidad de temas, creando una atmósfera de suspenso que mantenía al público al borde del asiento. La tensión, sin embargo, era magistralmente aliviada por Pedro Ferriz, quien con su sabiduría y extraordinario sentido del humor, conectaba con la audiencia antes de ceder el escenario a la emoción del siguiente concursante.

Junto a mí, compartieron la experiencia otros valientes concursantes como Víctor Ontañón Moreno, quien participó con el tema de Madame Curie, Ulises Cassab Rueda con en el tema "Cadmo, Difusor del Alfabeto" y Emilio Aguilera, con su desafiante tema sobre el cine mexicano.
Fue una noche memorable que representaba una televisión que apostaba por el conocimiento y el entretenimiento de calidad. "Las 13 Preguntas del 13" no era solo un concurso por un premio de 313 mil pesos, sino una celebración de la cultura.
El programa se componía de siete semanas, en donde el monto de lo ganado fue aumentando desde $6,313, a $13,313, $23,313, $43,313, $83,313, $113,313 y finalmente $313,000.
EL GRAN PREMIO DE LOS $313,000 PESOS


Finalmente, llegó el momento culminante. Tras una intensa jornada de preguntas y una tensión que se podía palpar en el estudio, la voz de Pedro Ferriz me presentó la disyuntiva final con una claridad abrumadora.
Sobre la mesa había dos caminos: el primero era la prudencia, retirarme con $113,313 pesos, una suma ya considerable que representaba la recompensa tangible y segura por el esfuerzo realizado.
El segundo era la audacia: arriesgarlo todo para seguir adelante en pos del gran premio de $313,000 pesos, la cifra que todos soñaban y que significaba hacer historia en el programa.
Pero, antes de la decisión, nos dimos el tiempo de apreciar varias reproducciones de los cuadros de Peter Brueghel, que la Embajada de Bélgica llevó esa noche al Teatro Independencia.

Terminamos de apreciar los cuadros de Brueghel, y el silencio se apoderó por un instante del teatro Independencia, desde donde se trasmitió mi última participación, había llegado el Momento de la Verdad. No era solo una decisión sobre dinero, sino sobre el riesgo, la confianza y la satisfacción de lograr algo importante. Era el momento de la verdad, donde la lógica y el instinto libraban una batalla decisiva en mi mente, bajo la mirada atenta de millones de televidentes.
Fue así que después de 12 preguntas previas en este último programa, llegó la pregunta final: Según el biógrafo de Brueghel, Karel van Mander, ¿Cuál es la obra maestra perdida de Peter Brueghel "El Viejo"? y la respuesta es El Triunfo de la Verdad.

EL GRAN PREMIO Y LA CARRERA DE LA VIDA: MÁS ALLÁ DE LAS LUCES DE UN ESTUDIO DE TELEVISIÓN

Hemos recorrido un camino juntos a través de los recuerdos de dos experiencias extraordinarias, dos "Grandes Premios" que marcaron mi juventud y mi entendimiento sobre el valor del conocimiento y el apoyo incondicional. Pero hay un último giro en esta historia, una perspectiva que, con el tiempo, le ha dado un significado aún más épico a todo lo vivido.
La verdad es que, al competir en "El Gran Premio de los $64,000 pesos" y luego en "El Gran Premio de los $313,000 pesos", no pude evitar sentirme como un piloto de Fórmula 1, un corredor en su propio Grand Prix. Cada pregunta era una curva cerrada, cada decisión una maniobra crítica en una pista donde la meta era el saber. Y como todo gran piloto, conté con mi propia "escudería", un equipo de patrocinadores que hicieron posible esa carrera.
En los $64,000 pesos, mi "equipo" estuvo conformado por nombres de peso: Banamex, Llantas Uniroyal (que incluso me honró con el nombramiento de Ejecutivo Honorario) y Zenith, la pionera en televisores con control remoto. Eran gigantes en su campo, y el respaldo que sentía de ellos era una inyección de confianza para cada etapa del concurso.

Años después, en el desafío de los $313,000 pesos, mi escudería se renovó con la fuerza de IMEVISIÓN (el Instituto Mexicano de la Televisión), Banca Serfín (hoy Santander), y la emblemática Aeroméxico, con su inolvidable eslogan: "En confianza es Aeroméxico". Cada uno de ellos representaba un apoyo, una validación que trascendía lo económico. Era un reconocimiento al esfuerzo, a la dedicación y, por qué no, a la audacia de sumergirse en temas tan específicos y profundos.
Estas experiencias, más allá del dinero o el reconocimiento, me enseñaron que la vida, como una carrera de alta velocidad, requiere no solo de talento individual, sino de una red de apoyo, de esa "escudería" que confía en ti. Me demostraron que el conocimiento es una herramienta poderosa, sí, pero su verdadero valor se magnifica cuando se comparte, cuando se lucha con pasión y cuando se celebra en compañía de quienes te impulsan.
Hoy, miro hacia atrás y veo que aquellos "Grandes Premios" no fueron solo concursos de preguntas y respuestas. Fueron lecciones de vida que me moldearon, me enseñaron el poder de la preparación, la resiliencia ante los obstáculos y la inmensa alegría de una victoria compartida. Y tú, ¿cuál ha sido tu "Grand Prix" personal? ¿Quiénes han formado parte de tu escudería en los momentos clave de tu vida?


Great!