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Foto del escritorJuan Carlos Erdozain Rivera, MBA

LA ECONOMÍA DE GUERRA Y EL ENEMIGO SILENCIOSO


La economía de guerra es una situación bélica o de catástrofe en la que el Gobierno toma el control de la gestión recursos económicos. Todo ello implica medidas como la movilización de la población, el racionamiento, el control de la producción y el autoabastecimiento.

En esta guerra que vivimos, la gran diferencia con respecto a las “guerras tradicionales”, es que todas las naciones del mundo nos hemos unidos para combatir un enemigo en común, que no son los tan esperados “Aliens”, sino un ente terrestre e invisible conocido como Covid-19.

En esta guerra contra el Covid - 19, afortunadamente las cadenas de suministro no se han roto, debido a que estamos en un mundo global, en donde uno de los grandes proveedores del mundo (China) sigue produciendo y suministrando productos y materias primas.

El conflicto provocado por el Covid 19 ha afectado aspectos políticos, económicos, sociales, tecnológicos, ecológicos y legales, por ello, es vital no descuidar la economía nacional y es aquí donde entra en juego la denominada economía de guerra. A diferencia de una guerra bélica, el Estado, debe de tomar las riendas de la economía dando prioridad a las necesidades del ejército pero de MÉDICOS Y ENFERMERAS para salvo guardar a la población y, en algunos casos, la implementación de Toque de Queda.


Uno de los grandes temores ante esta y cualquier guerra es la hiperinflación, muy destructiva para la economía de un país. De ahí que haya una gran intervención en política monetaria para controlar un incremento desbocado de los niveles de precios.

El regreso al semáforo rojo epidemiológico pone en alerta a los pequeños comercios, ya que esto implica el cierre de tienditas y papelerías, según lo declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).

Con esta nueva oleada del Covid -19, aseveró Cuauhtémoc Rivera, hay un 10% de que los pequeños negocios cierren definitivamente. Esta estimación se ve mucho más alarmante cuando estamos hablando de cerca de 300,000 pequeños negocios que bajarán la cortina hacia el cierre de este año debido a la crisis económica por el COVID-19.


Esta segunda oleada de coronavirus ya era de esperarse por la mutación del virus, el clima invernal y la falta de disciplina por gran parte de la población. La pregunta ahora es si estos pequeños comercios lograrán soportar esta segunda oleada, ya que la gente está cansada, sin esperanza e inmersos en un túnel cuyo final no se ve todavía.


¿Y que pasará con los grandes proveedores de estos pequeños comercios?

Hay que recordar que en ciertas industrias (como el de artículos escolares y de oficina), la alta dependencia de sus ventas en el pequeño comercio se da, debido a que en promedio los fabricantes y/o comercializadores, comercializan en un 70% sus productos a través de grandes distribuidores, qué a su vez, son los que colocan el producto en los pequeños comercios.

El drama de la cadena de suministro afectará al pequeño comerciante, a los intermediarios (distribuidores) y los fabricantes y/o comercializadores, que vaticinan una nada alegre navidad, ya qué es obvio que los consumidores le darán prioridad a las compras relacionadas con alimentación, salud e higiene personal, por lo que artículos como ropa o cosméticos no serán prioritarios.


De acuerdo A.C. Nielsen, a través de su portavoz Yanira Reyes, líder de analytics, seis de cada 10 consumidores mexicanos limitarán su gasto durante el tercer trimestre del año. “Sólo harán compras de canasta básica, lo que consideren esencial y que esté relacionado con el tema de la salud y el autocuidado”.


Según las declaraciones de Yanira:

· El último trimestre de 2020 estará marcado por un consumo castigado.

· Algunas categorías como el de belleza (cosméticos y cremas corporales) tardarán más tiempo en recuperar los volúmenes obtenidos en 2019.



Por otra parte, de acuerdo a la firma de consultoría, ea Business Consulting, a través de su portavoz, Juan Carlos Erdozaín (Director Ejecutivo), estiman basados en su información de Inteligencia de Negocios, que la industria de artículos escolares y de oficina decrecerá en 2020 por lo menos 25% con respecto a 2019; agregó, que los productos para cocinar y mejorar la casa, crecerán arriba del 23% (comparado con el 10% del 2019) debido a que los mexicanos han encontrado tiempo para entretenerse con la preparación de alimento y para mejorar sus casas.

Adicionalmente a lo ya dicho, los mexicanos han desmitificado las compras por internet, debido a la imperiosa necesidad de adquirir la despensa familiar y artículos correlacionados con Home Office.

Unos pierden y otros ganan; los ganadores son aquellos que tiempo atrás (antes del Covid – 19) instrumentaron su comercialización vía digital, diversificaron sus productos, sofisticaron su servicio a clientes y comprendieron las necesidades de un mundo que empezó a cambiar desde la década de los años 90´s.

Fuentes:



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