¿Qué es Pensamiento y Plan Estratégico? ¿En qué se parece un Plan Estratégico al Plan Nacional de Desarrollo de México?
Plan Mexico 2025 - 2030, ¿es esto un retroceso a un modelo estatista que ya demostró sus limitaciones, o una apuesta audaz por un futuro más justo, independiente y soberano?

EL ROL DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA
Amigos, les saluda Juan Carlos Erdozáin Rivera. Hoy nos adentraremos en un debate crucial que está definiendo el futuro de México: el rol del Estado en la Economía.
El gobierno actual ha decidido desafiar décadas de ortodoxia neoliberal y aumentar la participación estatal en sectores estratégicos, reviviendo el fantasma de un pasado que muchos creían superado.
¿Es esto un retroceso a un modelo estatista que ya demostró sus limitaciones, o una apuesta audaz por un futuro más justo, independiente y soberano?

Para comprender la complejidad de esta decisión, debemos sumergirnos en la historia reciente de México. En 1984, el país se vio sumido en una profunda crisis económica, con una deuda externa impagable y una inflación galopante. En ese entonces, el Estado mexicano tenía una presencia dominante en la economía, con aproximadamente 1,000 empresas paraestatales que abarcaban desde la producción de petróleo y electricidad hasta la fabricación de alimentos y textiles.
Este modelo, heredado de la Revolución Mexicana y del periodo de desarrollo estabilizador, se basaba en la idea de un Estado fuerte que guiara la economía y garantizara el bienestar social. Sin embargo, la crisis de 1984 puso en evidencia las debilidades de este modelo.

Es importante recordar que en 1984 México se encontraba en medio de una profunda crisis económica. La deuda externa era impagable y la inflación se había disparado.
El gobierno, encabezado por Miguel de la Madrid, implementó un programa de ajuste estructural que incluía la privatización de muchas empresas paraestatales.
La privatización de las paraestatales y la adhesión al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) no fueron iniciativas espontáneas del presidente De la Madrid, sino condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para otorgar un préstamo a México y ayudarlo a superar la crisis económica de 1982.

Muchas empresas paraestatales eran ineficientes, burocráticas y corruptas, generando pérdidas millonarias para el erario público. El Fondo Monetario Internacional, con su receta neoliberal, impuso medidas drásticas: privatización masiva de empresas estatales, apertura comercial indiscriminada y reducción del gasto público. Durante años, este modelo dominó la escena económica, con resultados desiguales. Si bien se logró cierta estabilidad macroeconómica, la desigualdad se agudizó, la pobreza se extendió y muchos mexicanos quedaron excluidos del progreso.
Ahora, en 2025, el gobierno actual busca un cambio de rumbo. Con la creación de nuevas empresas paraestatales como Mexicana de Aviación, Gas Bienestar, Banco Bienestar, la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, se apuesta por un Estado más activo en la economía, con un mayor control sobre sectores estratégicos. Esta decisión ha generado un intenso debate, reabriendo viejas heridas y despertando el temor a un regreso al pasado.
EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2025 ¿UN NUEVO CAMINO?

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025 es la hoja de ruta del gobierno actual. Este documento, que tiene sus raíces en la Constitución de 1917, establece los objetivos, estrategias y prioridades del gobierno en materia económica, social y política. El PND 2025 se enmarca en una visión de desarrollo nacional que busca fortalecer la soberanía, reducir la dependencia del exterior y promover la justicia social.
La creación de nuevas empresas paraestatales es una de las estrategias clave del PND 2025. El gobierno argumenta que estas empresas permitirán al Estado tener un mayor control sobre sectores estratégicos, garantizar el acceso a servicios básicos a precios justos, impulsar el desarrollo regional y generar empleos.
La meta de inversión de $100 mil millones de dólares en el PND 2025-2030 es ambiciosa, especialmente considerando el contexto actual. Para entender cómo el gobierno mexicano aspira a lograr esta meta, es crucial analizar a qué se refiere con "inversión" y cuáles son las estrategias planteadas para alcanzarla.
¿Qué tipo de inversión se menciona en el PND?
El PND no se refiere únicamente a inversión pública, sino que busca impulsar la inversión privada nacional y extranjera. Se busca crear un ambiente favorable para la inversión a través de:
Certidumbre jurídica, fortaleciendo el Estado de derecho y garantizando la seguridad de las inversiones (¿será posible con la reforma judicial?)
Facilitación de trámites, simplificando y agilizando los procesos para la apertura de empresas y la realización de inversiones.
Infraestructura, desarrollando proyectos de infraestructura que mejoren la conectividad y la logística.
Combate a la corrupción, implementando medidas para prevenir y sancionar la corrupción (el Movimiento Morenista ¿Tiene o tendrá la autoridad moral de hacerlo?)
Incentivos fiscales, otorgando beneficios fiscales a las empresas que inviertan en sectores estratégicos.
¿Es posible que el Estado logre alcanzar la meta de $100 mil millones?
El PND 2025-2030 se basa en la premisa de que la inversión privada será el motor del crecimiento económico (¿será posible?). El gobierno busca generar confianza y condiciones atractivas para que las empresas inviertan en México. Algunos de los sectores prioritarios para la inversión son energía, infraestructura, Turismo, y Manufactura
¿Es realista la meta?
Si bien la meta es ambiciosa, no es imposible. El éxito dependerá de la capacidad del gobierno para generar confianza en los inversionistas, mantener la estabilidad macroeconómica y implementar las estrategias del PND de manera efectiva.
Los factores que podrían influir en el logro de la meta son, la situación económica global, las tensiones geopolíticas y las políticas comerciales que podrían impulsar la inversión extranjera.
También la percepción de riesgo, la seguridad pública y la estabilidad política serán factores clave para atraer inversión.
Finalmente, la eficiencia en la gestión pública, la transparencia y la capacidad para ejecutar proyectos son fundamentales para el éxito del PND, este es un tema en donde la anterior y actual administración no cuentan con mucha credibilidad.
El seguimiento y la evaluación constante del plan serán cruciales para asegurar su éxito.
LAS LUCES Y LAS SOMPRAS DE LA INTERVENCIÓN ESTATAL

Los defensores de esta estrategia argumentan que el Estado tiene un rol fundamental en la corrección de las fallas del mercado, la provisión de bienes públicos, la promoción del desarrollo económico y la protección de la soberanía nacional. Señalan que la privatización no ha cumplido sus promesas y que, en muchos casos, ha generado monopolios, encarecido los servicios básicos y afectado la calidad de vida de los mexicanos.
Sin embargo, los críticos advierten sobre los peligros de la intervención estatal. La ineficiencia, la burocracia, la corrupción y la distorsión del mercado son riesgos latentes. Señalan que las empresas estatales pueden ser menos competitivas, que la inversión pública podría destinarse a áreas más urgentes como la educación, la salud y la seguridad, y que el aumento del gasto público podría generar desequilibrios macroeconómicos.
EL DESAFÍO DE LA CORRUPCIÓN

La corrupción es un cáncer que corroe a México desde hace décadas, y tanto las empresas estatales como el gobierno son susceptibles a este flagelo. La historia del país está plagada de casos de malos manejos, desvíos de recursos públicos y enriquecimiento ilícito. Es imperativo que el gobierno actual establezca mecanismos de control y transparencia robustos, que incluyan la participación ciudadana y la rendición de cuentas, para prevenir la corrupción en estas nuevas empresas estatales.
UN MODELO EN CONSTRUCCIÓN

El debate sobre el rol del Estado en la economía no es nuevo. Desde Adam Smith hasta nuestros días, economistas y políticos han discutido sobre la mejor manera de organizar la actividad económica. Lo cierto es que no hay una fórmula mágica. Cada país, con su historia, sus recursos y sus desafíos, debe encontrar el modelo que mejor se adapte a sus necesidades.
México se encuentra en una encrucijada. La decisión de aumentar la participación del Estado en la economía es una apuesta audaz, pero también una oportunidad para construir un modelo más justo, equitativo e independiente. El éxito dependerá de la capacidad del gobierno para gestionar estas empresas con eficiencia, transparencia y responsabilidad, y de la participación activa de la sociedad en la vigilancia y el control del poder.
EL FUTURO DE MÉXICO EN JUEGO

México, un país históricamente diverso en su composición étnica y cultural, enfrenta hoy una nueva fractura, esta vez definida por las posturas políticas y económicas que polarizan a la sociedad.
Si bien las raíces étnicas han sido fuente de riqueza y complejidad, también han sido utilizadas en ocasiones para dividir y discriminar. Ahora, la disyuntiva sobre el modelo económico a seguir ha abierto una brecha ideológica que amenaza con profundizar las diferencias y dificultar la construcción de un proyecto común:
¿Debe el Estado tener una mayor participación en la economía o, debe de seguir un modelo de libre mercado, con menor intervención estatal y mayor apertura al comercio internacional? ¿Hay acaso un punto de equilibrio?
Esta visión, influenciada por el neoliberalismo, es defendida por sectores empresariales y una parte de la clase media que ve en la iniciativa privada el motor del crecimiento económico.
Esta polarización se manifiesta en debates acalorados sobre temas como la privatización de empresas estatales, la política energética, el papel del sector privado y la distribución de la riqueza. Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde se intercambian argumentos y descalificaciones, a menudo con un tono agresivo y polarizante.

La división no solo se da en el ámbito político y económico, sino que también se filtra en las relaciones personales y familiares. Amigos y familiares se enfrentan por sus diferencias ideológicas, lo que genera tensiones y dificulta la convivencia.
Es importante reconocer que esta división no es un fenómeno nuevo en México. A lo largo de su historia, el país ha enfrentado conflictos y tensiones derivadas de diferencias étnicas, sociales y políticas. Sin embargo, la actual polarización se da en un contexto de profundos desafíos, como la desigualdad, la violencia y la incertidumbre económica, lo que aumenta el riesgo de confrontación y dificulta la construcción de un futuro compartido.
Es crucial que los mexicanos encuentren la forma de superar esta división y construir un diálogo constructivo que permita encontrar soluciones a los problemas comunes. Para ello, es necesario reconocer la diversidad de opiniones, respetar las diferencias y buscar puntos de encuentro que permitan avanzar hacia un México más justo, próspero y unido.
En este contexto de incertidumbre, surgen preguntas cruciales que debemos responder como nación:
¿Podrá el gobierno gestionar estas empresas estatales de manera eficiente, transparente y responsable, evitando la corrupción y el clientelismo?
¿Se logrará atraer inversión privada, generar los empleos prometidos y promover el crecimiento económico sostenible?
¿Se fortalecerá la soberanía nacional y la independencia económica, o se creará una nueva dependencia del Estado y se desincentivará la iniciativa privada?
¿Cómo se garantizará que estas empresas beneficien a la sociedad en su conjunto, especialmente a los más vulnerables, y no solo a unos pocos privilegiados?
¿Se logrará un equilibrio entre la intervención estatal y la libertad de mercado, que permita aprovechar las ventajas de ambos modelos?
LA VOZ DEL PUEBLO

El futuro de México se está escribiendo ahora. Es fundamental que la sociedad mexicana participe activamente en este debate, que se informe, que se organice y que exija transparencia y rendición de cuentas. Solo a través de un diálogo abierto, plural y crítico podremos construir un modelo económico que promueva el desarrollo, la justicia y el bienestar para todos los mexicanos, sin exclusiones ni privilegios.
Y ustedes, ¿qué opinan? ¿Es este el camino correcto para México? Los invito a compartir sus ideas, sus preocupaciones y sus esperanzas en los comentarios.
GLOSARIO PARA SABER MÁS
¿QUÉ ES PENSAMIENTO Y PLAN ESTRATÉGICO?
El Pensamiento Estratégico es la capacidad de analizar, planificar y actuar de forma proactiva para alcanzar los objetivos de la empresa.
El Plan Estratégico es la herramienta que permite plasmar ese pensamiento y convertirlo en acciones concretas. Ambos son esenciales para el éxito de cualquier organización en el entorno empresarial actual, que se caracteriza por el constante cambio y la alta competitividad.
El Pensamiento Estratégico implica:
Analizar el entorno, para identificar las oportunidades y amenazas del mercado, las tendencias del sector, las necesidades de los clientes, y el contexto político, económico y social.
Evaluar la situación interna, para reconocer las fortalezas y debilidades de la empresa, sus recursos, capacidades y competencias distintivas.
Definir la visión y la misión, para establecer la dirección a largo plazo y el propósito fundamental de la empresa.
Formular objetivos para trazar metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos definidos (SMART).
Desarrollar estrategias, par diseñar acciones y planes para alcanzar los objetivos, considerando los recursos disponibles y el entorno competitivo.
El Plan Estratégico es el documento que formaliza este proceso de pensamiento, incluyendo:
Análisis del entorno, a través de un análisis PESTEL (político, económico, social, tecnológico, ecológico y legal), análisis de la competencia, análisis del mercado.
Análisis interno, a través del análisis MEFE / MEFI (amenazas, oportunidades y fortalezas, debilidades), análisis de la cadena de valor, análisis de recursos y capacidades.
Definición de la visión, misión y valores, declaraciones que guían la cultura y la toma de decisiones de la empresa.
Establecimiento de objetivos, fijando metas a largo plazo, objetivos estratégicos y objetivos operativos.
Formulación de estrategias, tales como corporativas, estrategias de negocio, estrategias funcionales.
Plan de acción, que implica acciones concretas, responsables, plazos, recursos, indicadores de seguimiento.
¿ES LO MISMO UN PLAN NACIONAL DE DESARROLLO QUE UN PLAN ESTRATÉGICO?
El PLAN NACIONAL DE DESARROLLO (PND) 2025-2030 de México puede considerarse como un Plan Estratégico a nivel nacional, que define las prioridades y la dirección general del país. Sin embargo, no cuenta con el mismo nivel de detalle y especificidad que un Plan Estratégico organizacional.
Si bien El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025-2030 de México comparte algunas características con un Plan Estratégico, no son exactamente lo mismo.
Similitudes:
Visión a largo plazo: Ambos buscan establecer una dirección y objetivos a futuro. El PND define las prioridades del gobierno para el sexenio, mientras que un Plan Estratégico puede abarcar un periodo similar o incluso mayor, dependiendo de la organización.
Enfoque en objetivos: Tanto el PND como un Plan Estratégico se centran en alcanzar objetivos específicos. El PND define las metas en materia económica, social y política, mientras que un Plan Estratégico se enfoca en las metas de una organización en particular.
Asignación de recursos: Ambos implican la asignación de recursos para lograr los objetivos. El PND define cómo se utilizarán los recursos del gobierno, mientras que un Plan Estratégico define cómo se utilizarán los recursos de una organización.
Diferencias:
Alcance: El PND tiene un alcance nacional, buscando el desarrollo de todo el país. Un Plan Estratégico se enfoca en una organización específica, ya sea una empresa, una institución o una ONG.
Nivel de detalle: Un Plan Estratégico suele ser más específico y detallado que el PND, incluyendo acciones concretas, indicadores de desempeño y mecanismos de seguimiento. El PND define las prioridades y lineamientos generales, pero no necesariamente especifica cómo se implementarán en cada sector o dependencia.
Flexibilidad: Un Plan Estratégico suele ser más flexible y adaptable a los cambios del entorno, mientras que el PND, al ser un documento oficial del gobierno, tiene un carácter más rígido.
¿DESDE CUANDO SE IMPLEMENTÓ UN PLAN DE DESARROLLO EN MÉXICO?

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) en México tiene sus raíces en la Constitución de 1917, específicamente en el Artículo 26, que establece la obligación del Estado de planificar el desarrollo nacional.
Sin embargo, la elaboración de Planes Nacionales de Desarrollo como los conocemos hoy en día, con una estructura formal y una visión a largo plazo, comenzó en la década de 1930 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.
A partir de entonces, cada sexenio ha elaborado su propio PND, adaptándolo a las circunstancias y prioridades del momento.
EL PLAN NACIONAL DE DESARROLO A LO LARGO DE LA HISTORIA
1934-1940: Se elaboran los primeros planes sexenales con un enfoque en la industrialización y la reforma agraria.
1983-1988: El gobierno de Miguel de la Madrid elabora un PND con un enfoque en el ajuste estructural y la apertura económica, en respuesta a la crisis de 1982.
1989-1994: El gobierno de Carlos Salinas de Gortari continúa con la línea neoliberal, impulsando la privatización y la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
2001-2006: El gobierno de Vicente Fox introduce el concepto de "gobierno de resultados" en el PND.
2013-2018: El gobierno de Enrique Peña Nieto implementa reformas estructurales en áreas como energía, educación y telecomunicaciones.
2019-2024: El gobierno de Andrés Manuel López Obrador elabora un PND con un enfoque en la justicia social, el combate a la corrupción y el desarrollo regional.
El PND es un instrumento fundamental para la planeación del desarrollo nacional en México. A través de este documento, el gobierno define sus objetivos, estrategias y prioridades en materia económica, social y política. A pesar de las críticas y los desafíos, el PND sigue siendo una herramienta relevante para orientar el rumbo del país hacia un futuro más próspero y equitativo.

FUENTES:
1️⃣ https://www.mexicohistorico.com/paginas/la_crisis_econmica_en_el_sexenio_de_miguel_de_la_madrid.html
3️⃣ inGenius-eaBC: Business Intelligence Unit
El mayor problema es y ha sido, la corrupción, de nada sirve tener buenas ideas si al final la mentalidad de quienes tiene la responsabilidad de sacar al país adelante caen en la tentación, se corrompen y todo queda igual o peor que como estábamos.