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LA HISTORIA DE JUAN CORDERO Y LUCAS LOBERA

Foto del escritor: Juan Carlos Erdozain Rivera, MBAJuan Carlos Erdozain Rivera, MBA

Actualizado: 27 may 2020


Juan Cordero era un hombre sencillo y humilde del campo quien, en cierta ocasión, en su largo andar de su casa al trabajo en un aserradero, se detuvo a beber de un arroyo; en eso estaba, cuando se acercó Lucas Lobera, quien tenía la reputación de no trabajar y vivir de lo ajeno.

- ¿Qué haces?- preguntó Lucas Lobera a Juan Cordero, deberías de traer un ánfora desde tu casa.

- Lo sé dijo Juan, pero no cuento con agua potable en mi casa.

- ¡No es posible! ¿Nadie te ayuda en tu pueblo?- preguntó molesto Lucas Lobera

- Como me podrían ayudar si todos somos pobres- respondió Juan Cordero

- ¿Y tú patrón, no te ayuda? ¡eso es un abuso!- dijo Lucas Lobera

- Mi patrón murió ayudando a unos jornaleros durante una inundación y es ahora su esposa, quien se encarga del aserradero. Ella vive en forma sencilla y nos da empleo a todos los de la región para darle sustento a nuestras familias.

- ¡Pues eso es una infamia! ella debería de sacrificar sus ganancias y poner agua potable en el pueblo- dijo Lucas Lobera y añadió, estoy convencido de que ella, está abusando de ustedes, lo sé muy bien, porque si yo fuera el dueño del aserradero traería bienestar y mejor calidad de vida a todos ustedes.


Acto seguido, Lucas Lobera le pidió a Juan Cordero que lo acompañara y se dirigieron a su pueblo, en donde Lucas reunió a todos y les dejó saber lo injusto que era con ellos la dueña del aserradero. Con el apoyo de algunos del pueblo convencidos de que Lucas tenía razón, fueron a la casa de la dueña del aserradero, la sacaron de su casa y sin oír sus razones, Lucas Lobera la desterró por siempre.

Tiempo después, Lucas Lobera se hizo cargo del aserradero, viviendo en una choza en lugar de la casa de la antigua dueña, tratando de dirigir el aserradero, a pesar de que nunca había trabajado, es más ni siquiera había ido a la escuela.

Al paso del tiempo, el aserradero comenzó a decaer y Lucas Lobera se escudó diciendo que era culpa de las malas "vibras" de la antigua dueña y a una extraña enfermedad, la cuál dada su ignorancia, Lucas Lobera no sabía como resolver.



Juan Cordero era un hombre sencillo y humilde del campo quien, en cierta ocasión, en su largo andar de su casa al trabajo en un aserradero, se detuvo a beber de un arroyo, en eso estaba, cuando se dio cuenta que el arroyo estaba contaminado y el aserradero había sido clausurado. En ese momento Lucas Lobera se le acercó con un grupo armado y le dijo -No te preocupes Juan, el aserradero no importa ya pensaremos algo mejor y, en cuanto al agua potable, pues ya Dios dirá. El aserradero no es necesario, lo importante es que sepas lo mucho que te quiero y que seas feliz…tiempo después, Juan Cordero murió de hambre por la falta de sustento (el aserradero), pero según nos lo relata Lucas Lobera, Juan murió “siendo feliz”.

Moraleja: De poco sirve razonar con el insensato, si la razón del más fuerte siempre es la mejor.

Inspirado en la Fábula: "El Lobo y el Cordero" de Jean de La Fontaine

En nuestra Historia Nacional Contemporánea, es de llamar la atención que México ha carecido de jefes con visión política y de bien común; algunos han gobernado con astucia y gran inteligencia pero en pro de sus propios intereses y agendas ocultas; otros, han gobernado con el carácter impulsivo propio de caudillos ignorantes e irresponsables.


El factor común (no siempre) en nuestra historia, es que dichos "Jefes sin visión política y de bien común", han sido luchadores No Eficaces, Reformadores e Idealista, que tienen como objetivo el éxito y esperan y que la opinión pública les brinde ese reconocimiento que es lo que los motiva a actuar.

Normalmente estos "Luchadores Ineficaces" se ven seducidos ante la idea de recurrir a la mentira y al engaño para alcanzar sus metas.

En ellos predomina el cerebro "Límbico", pero su actitud es hostil y los motiva el Oportunismo. Evitan a toda costa, el fracaso y por ello tienden a la mentira y al engaño.


Cuando estos "Luchadores Ineficaces", se sienten en un entorno seguro, tienden a mantener su deseo de paz y de serenidad, tratando de ser conciliadores. Su vuelven optimistas y para tratar de evitar conflictos niegan la realidad que no se pliega a sus deseos.

Llegan a tener tendencias a la megalomanía (muy pagados de si mismos) y a la venganza.


Por otra parte, cuando estos "Luchadores Ineficaces", se sienten en un entorno estresante, es decir cuando están bajo presión, la duda, el temor y la sospecha forman parte de su día a día. Se convierten en conspiradores y transmiten su ansiedad y sus sospechas a su entorno.


Sin duda alguna, Juan Lobera, un Luchador Ineficaz, que con hechos acabó con el aserradero y la vida de Juan Cordero.

"De poco sirve razonar con el insensato, si la razón del más fuerte siempre es la mejor"
















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